Some Kind of Monster
Han pasado cerca de dos años desde que levanté este sitio con su dominio (.xyz se veía cool, no voy a mentir). Para el tiempo que lleva existiendo, son mucho menos publicaciones de las que imaginaba en un principio.
En ocasiones tengo algún pensamiento fugaz que me gustaría plasmar, en ese momento simplemente hago notas para consultar después, con una idea general y palabras clave que dan color a el sentimiento. Pero no puede pasar mucho tiempo antes de que estas notas pierdan el sabor, y es que durante este periodo veo estos pensamientos como ingredientes para la escritura, tengo que tomarlos mientras están frescos, cocinar, sazonar y servir.
Usualmente forzar un platillo hace que ni siquiera me guste, ni hago el intento de publicarlo, esto ha sido cierto en todas las venturas de publicación, sean personales, del deber, o de hobby. Si no logro transmitir mi yo interior, no tiene caso alguno servir un cascarón vacío.
Esto probablemente suene pretencioso considerando el contenido que escribo, que no es de ninguna consecuencia más que para mí mismo. Pero la alternativa es peor, ya que obligarme a publicar significa que me estoy cuestionando el volumen de contenido producido en algo que se supone es cien por ciento recreativo y reflexivo. Y más que nada porque odio esas trampas mentales del mundo moderno: la obsesión con la producción, el utilitarismo.
Gracias a este dilema, puedo afirmar con gusto que prefiero continuar una existencia tranquila y de poca consecuencia antes de perderme a mí mismo en una lucha que no es mía.